El rió tiene que terminar en el océano. Un nacimiento lento que va adquiriendo velocidad en su recorrido, arrasando con todos sus objetivos exitosamente. No hay obstáculo que pueda detenerme, muchos factores me ayudaron a crecer y desarrollarme a lo largo de mi vida y pudiendo así ser mas fuerte y mas independiente.
Lamentablemente hay cosas con las que no contamos, inesperados hechos que pueden derivar nuestro rumbo a un destino incierto, un lugar en donde nunca esperábamos yacer. Y ahí estamos, en situaciones desconocidas luchando contra nuestra propia corriente y naturaleza.
En medio de una tormenta viviendo experiencias que enamoran, sufriendo un gran golpe y esforzándonos para volver a ser el fénix que alguna vez fuimos.
Mirando una hoja flotar gracias al viento, se detiene el tiempo y la vida cobra un nuevo significado, las personas que ya no están físicamente entre nosotros se encuentran ayudándonos y dándonos fuerza en cada momento de nuestra vida, cuidándonos de cada mal que nos acecha. . . .
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